¿Cómo ven Los Profesores a Sus Alumnos? De estas 7 formas los vemos
¿Te has preguntado de qué manera ven los docentes a sus alumnos? Los maestros quizá seamos renegones en algunas ocasiones, quizá nos saquen de quicio, tal vez logren nuestros alumnos que los saquemos del salón o les quitemos puntos, pero sobre todas esas cosas, los profesores vemos a nuestros estudiantes de maneras muy especiales.
Para nosotros un alumno significa mucho, para los maestros que tenemos vocación no hay nada mejor que ver a un alumno feliz de adquirir conocimientos, nuestros alumnos para nosotros significan muchísimas cosas que, quizá las palabras no alcancen para describir tantos sentimientos.
De estas siete formas vemos los docentes a nuestros alumnos:
Nuestros hijos e hijas:
Después de varios meses o incluso años de convivencia con nuestros estudiantes, los docentes los percibimos como nuestros hijos, esto sucede sobre todo en la primaria, cuando el docente está a cargo de un salón desde el primer hasta el sexto grado de educación primaria, en este sentido, los maestros vemos crecer a nuestros estudiantes y conocemos sobre cada uno de ellos, esta convivencia nos hace quererlos tanto y como si fueran nuestros hijos.
Nuestros amigos:
Encontramos en nuestros estudiantes, una fuente sincera de amistad, sobre todo cuando se trata de niño, el cariño que puede brindar un pequeño de 5 años es muy honesto y leal, los maestros también aconsejamos y ayudamos a nuestros alumnos de la mejor manera posible, considerándolos como nuestros amigos, siempre procuramos su bien.
Fuente de alegría:
Aunque en clase existan momentos malos, los ratos alegres son los que más se recuerdan, los docentes encontramos en nuestros estudiantes una felicidad muy diferente y especial, nos sentimos alegres de poder formarlos, enseñarles y prepararlos, sentimos una gran alegría cuando vemos a uno de nuestros estudiantes progresar, y al escuchar un sincero gracias profe, la felicidad de ayudar es lo que nos mantiene en pie.
Inspiración:
Los estudiantes nos motivan a hacer muchas cosas, aunque pareciera que fuera al revés, lo cierto es que en clase, el maestro también aprende, nuestros estudiantes constantemente nos enseñan cosas que nos inspiran a crecer profesionalmente y personalmente, lo alumnos son muy sinceros a la hora de dar críticas y nosotros las recibimos bien.
Otra fuente de inspiración en clase también son los niños pequeños, es imposible no sentirse inspirado al convivir con ellos, nos trasmiten una energía muy positiva y con una sonrisa o una carcajada nos quitan las tristezas.
Motivo para estudiar constantemente:
Ser docente es una de las pocas profesiones donde obligatoriamente tienes que renovar tus conocimientos, sobre todo con el avance de la tecnología, los alumnos hoy en día nos hacen muchas preguntas y en sus miradas notamos ese deseo de querer aprender más, para ello tenemos que leer y estudiar mucho, un maestro que tiene vocación, siempre querrá darle lo mejores conocimientos a sus estudiantes.
Futuros ciudadanos de bien:
Prácticamente es el objetivo de todo maestro, formar seres humanos correctos, los docentes tenemos muchas expectativas respecto a nuestros estudiantes, desde que entramos a clase ya nos proyectamos a verlos en un futuro como ciudadanos de bien, los vemos como nuestros hijo y como todo padre y madre, siempre deseamos que lleguen a convertirse en buenos seres humanos.
Futuros profesionales:
Todos los maestros soñamos con que nuestros estudiantes tengan una vida profesional muy exitosa, justamente por eso dictamos clases, académicamente los preparamos para sus estudios superiores, pero emocionalmente también hacemos un gran trabajo, los orientamos, los guiamos, damos los mejores consejos, los corregimos y premiamos.
Todos nuestros alumnos son especiales para nosotros, y aunque a veces nos saquen de quicio, los queremos, confiamos en ellos, creemos en ellos, estamos dispuesto a apoyarlos, les brindamos nuestra mano de ayuda cuando sea necesario, los maestro no esperamos remuneración alguna por parte de nuestro estudiantes, no es eso lo que nos motiva, con un gracias, con una sonrisa o una mirada agradecida que nos diga inconscientemente: “Gracias profe, hiciste un buen trabajo”, es más que suficiente.
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