Aprendizaje basado en problemas: Abordando desafíos del mundo real en la educación
El aprendizaje basado en problemas, conocido comúnmente como “Aprendizaje Basado en Retos” o “ABR” por sus siglas, se trata de un método de aprendizaje donde se emplean problemas complejos del mundo real como recurso para desarrollar el aprendizaje en los jóvenes.
Esto se realiza de forma que puedan entender con mayor facilidad las ideas que se intentan enseñar al experimentar los problemas de una manera más directa. Así mismo, sirve para desarrollar sus destrezas para que sepan aplicar las cosas que saben en la vida real de forma más sencilla, al mismo tiempo que estimula su proceso de razonamiento al tener que encontrar soluciones a los problemas que se plantean.
¿Cómo hacer un aprendizaje basado en problemas?
El principal objetivo del aprendizaje basado en problemas se centra en el desarrollo de la competencia y las habilidades blandas de un individuo a partir del surgimiento de un reto. Pero, para que tal práctica tenga éxito no basta únicamente con plantear problemas fácilmente resolubles, ni muchos problemas que pequen de ser extremadamente complejos hasta el punto de estresar a los estudiantes.
Para que el aprendizaje tenga éxito, es necesario crear un supuesto de problemas que incorpore objetivos específicos que conecten con los conocimientos previos que se tenga constancia que el o los estudiantes hayan aprendido en un periodo de tiempo que no haya sido tan extenso, siendo preferible un proceso que se divida en varias etapas. Si te gustaría incorporar el aprendizaje basado en problemas, puedes seguir los siguientes puntos para entender el cómo hacerlo correctamente:
Define la idea que quieras enseñar
Lo primero que deberías hacer en este proceso es elegir una idea o un concepto central. Por supuesto, esta idea no debe ser algo que se elija al azar, sino que debe estar conectado directamente con lo que el grupo de estudiantes haya visto previamente.
Después de esto, se tendrían que identificar los contenidos que se tratarán en el problema creado, además de definir los objetivos y las metas que querrían que las personas fueran alcanzando de manera paulatina.
Contextualizar
Como una de las bases de aprendizaje basado en problemas es la de traer problemas de la vida real para tratar con ellos, uno de los primeros pasos para hacer este trabajo sería elegir algún problema de la vida cotidiana que puedas desarrollar de manera narrativa para utilizarlo en alguna clase especial, añadiendo alguna motivación especial de por qué los estudiantes tendrían que resolver el problema por sí solos.
Introduce el problema por etapas
Cuando se habla de crear un problema dividido por etapas, nos referimos a crear un problema que, a medida que el estudiante va cumpliendo la tarea, esta se vaya desenvolviendo trayendo consigo nuevos elementos que analizar que podrían, o bien, formar parte de su meta principal o dale una nueva perspectiva que aliente la curiosidad del estudiante.
Por poner un ejemplo, si se pone como tarea elaborar una cesta de compra de una familia teniendo en cuenta elementos como el número de miembros, su presupuesto, necesidades de cada uno, y demás, daría lugar no solo a la resolución de cuentas, sino también al surgimiento de datos adicionales como los gastos pequeños que la familia tiene, particularidades de cada uno que aumenta la cifra final, etc.
El punto del problema es que el profesor debe tener en consideración todos estos aspectos que surgirán y debe buscar una forma de incentivar este trabajo adicional con pequeñas recompensas, como elementos que hagan los cálculos más fáciles o que fomenten la imaginación del estudiante.
Claves del aprendizaje basado en problemas
Incluso si el aprendizaje basado en problemas no es una práctica que necesite de algún tipo de conocimiento especial para llevarlo a cabo, si es algo que necesita de mucha planificación para que pueda salir todo bien. Aunque, si es algo muy complejo muchos prefieren crear problemas que puedan resolverse por grupos de varios estudiantes para que puedan desentrañarlos con mayor facilidad.
Existen una serie de preguntas que el mismo profesor puede hacerse mientras está en la creación de su problema de aprendizaje, que pueden ayudarle a conceptualizar mejor la idea en general:
- ¿Qué quieres que tus estudiantes aprendan?
- ¿Qué conocimientos identificarán al resolver el problema?
- ¿Cómo se estructuraría el problema para que puedan resolverlo?
- ¿Cuánto tiempo podría tardar en resolverlo?
- ¿Quisieras que lo resolvieran en tu presencia para que hagan preguntas o que lo hagan en su tiempo libre?
- ¿Cuántas clases podrían tardar en desentrañar el problema planteado?
- ¿Irás dando información adicional a los estudiantes a medida que vayan completando partes del problema?
- ¿Qué recursos necesitarían para completarlo?
- ¿Cuál es el producto final que obtendrían al resolver el problema?
- ¿La solución en verdad podría aplicarse al problema de la vida real?
- ¿Cuáles son las ventajas que podría tener en la vida real resolver el problema planteado?